Muchas personas dejan de fumar a diario
¡ÁNIMO!
Si te lo propones, tú también puedes conseguirlo
En tu centro de salud te podemos ayudar a dejar de fumar
¡ÁNIMO!
Si te lo propones, tú también puedes conseguirlo
Sólo
un entorno libre del humo del tabaco al
100% puede protegerte a ti, a tus hijos y a tu familia de los graves
problemas que causa el aire contaminado por el humo de tabaco
El tabaquismo pasivo o la
inhalación del aire contaminado por el humo de tabaco provoca:
· Enfermedades
respiratorias agudas y síntomas respiratorios crónicos.
· Asma
y agravamiento de los síntomas asmáticos en niños y adultos.
· Enfermedades
agudas y crónicas del oído medio.
· Enfermedad
isquémica coronaria (angina de pecho, infarto de miocardio, etc.).
· Cáncer
de pulmón, de senos nasales y de mama.
· Síndrome
de la muerte súbita del lactante.
Los más pequeños son los
más perjudicados ya que no pueden evitar voluntariamente la exposición al aire
contaminado por el humo de tabaco.
Además, NO existe ningún
nivel seguro de exposición, ni ningún dispositivo que elimine el humo de
tabaco, ni sus productos tóxicos del ambiente, por lo que te ACONSEJAMOS que:
· Evites
siempre, y en cualquier circunstancia, estar expuesto al humo de tabaco, en tu
casa, en el coche, en casa de familiares y amigos y en lugares públicos.
· Siempre
que puedas, escoge ambientes libres de humo cuando estés fuera del hogar.
· Y si todavía fumas, hazlo
siempre fuera de la casa o de cualquier lugar cerrado. Si fumas en un balcón o
en una galería, cierra completamente la puerta de acceso a la vivienda, esto
protegerá a los demás y a ti de las consecuencias del tabaquismo pasivo.
Además, te proponemos que sigas leyendo.
Si fumas...
Y no te planteas dejar de
fumar, ¿sabes cuáles son los beneficios cuando dejas de fumar?
Independientemente de la edad que tengas, obtienes siempre un beneficio para la
salud:
· detienes
el deterioro de tu función pulmonar y tendrás menos infecciones respiratorias;
· el
riesgo de padecer cáncer baja muy rápidamente y sigue bajando durante años;
· después
de 1 año desde el abandono, tu riesgo de infarto cardíaco baja a la mitad;
·
si estás embarazada,
además de ser un beneficio para ti, disminuyes las complicaciones en el
desarrollo de tu futuro hijo/a y en el parto.
Y
además, cuando se deja de fumar te cansas menos, mejora el aspecto físico, la
sexualidad, la fertilidad, el gusto, el olfato, etc., y te ahorras mucho dinero
cada año.
Y si decides dejar
de
fumar...
·
¡Enhorabuena!, es la mejor decisión para tu
salud actual y futura. Si piensas que necesitas ayuda, pídela a tu médico o
enfermera.
·
Elige ya un día para dejar de fumar (día D) a
lo largo de los 30 días siguientes y ve preparándote para ese día. Para ello:
·
comunica tu decisión a
tu familia, amigos y/o compañeros, busca comprensión y ayuda en ellos, pídeles
que no fumen delante de ti y
que no te ofrezcan tabaco;
·
haz una lista con tus
verdaderos motivos para dejar de fumar;
·
identifica las
situaciones que más asocias a fumar y luego busca alternativas;
·
si ya lo has intentado antes, identifica lo
que te fue más útil y los motivos que te llevaron a recaer, para así poder
evitar los mismos errores;
·
no fumes en cuanto te apetezca, deriva el
deseo de algunos cigarrillos hasta dentro de unos momentos y elige lugares o
situaciones en los que sueles fumar y no lo hagas más (en el coche, en la
habitación, tomando café, etc.);
·
empieza a hacer
ejercicio, te ayudará a controlar los síntomas de abstinencia;
·
aprende a relajarte: la mayor parte de
técnicas de relajación consisten en respirar lenta y profundamente;
·
aunque para dejar de
fumar es necesaria siempre tu voluntad, hay fármacos que te pueden ayudar, pide
consejo a tu médico, enfermera o farmacéutico.
Después del día D:
·
No pienses «no fumaré en toda la vida'',
concéntrate en el día presente «hoy no fumaré».
·
Si aparece un deseo muy fuerte de fumar,
tienes que saber que cede en pocos minutos y que con el tiempo será cada vez
menos intenso y frecuente. Piensa en otra cosa y recuerda los motivos por los
que quieres dejar de fumar.
·
Si tienes insomnio: evita el café y las
bebidas con cafeína. Puedes tomar infusiones relajantes y hacer más ejercicio.
·
Si te encuentras más
cansado: aumenta las horas de descanso y de sueño.
·
Dejar de fumar y mantener el peso es posible:
intenta comer más frutas, beber más agua y zumos, y hacer más ejercicio.
Y RECUERDA que es esencial la ABSTINENCIA
TOTAL (no fumar nada), por ello, no cedas nunca, ni siquiera por un solo
cigarrillo, ni por una sola calada, ése es el origen de la recaída. Evita las
falsas seguridades: «por uno no pasa nada».
Publicado por: Dr. David Asarta
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