PRECAUCIONES A TENER EN CUENTA EN VERANO
Información
general
El calor,
las vacaciones y el cambio de actividad exigen una serie de precauciones a
tener en cuenta en verano. Se trata de evitar riesgos como intoxicaciones alimentarias,
deshidrataciones, cortes de digestión, ahogamientos, picaduras...
Aunque hay
que cuidar la salud de toda la familia, determinados grupos de riesgo, como los
lactantes, los niños y los ancianos, exigen atenciones
especiales. Son más vulnerables al calor y las altas temperaturas y, por
ello, hay que extremar las precauciones a tener en cuenta en verano.
También las
personas que desarrollan una actividad física destacada deben tomar medidas adicionales para que el
calor no les repercuta negativamente. Y, por otro lado, determinados enfermos
crónicos o personas que toman medicación han de controlar más que nunca su
estado de salud en la época estival.
Los humanos
aguantamos temperaturas por encima de los 41º C, aunque no de forma muy
prolongada. En principio, el organismo tiene una serie de recursos que le
ayudan a mantener de forma constante la temperatura corporal y, llegado el
caso, a eliminar el calor excesivo.
La
evaporación, es decir la sudoración, es la que permite al cuerpo rebajar hasta
un 20% el calor corporal, pero las condiciones del entorno también influyen, ya
que si hay un alto nivel de humedad ambiental, este proceso se ve mermado. Cada
gramo de agua evaporada supone una pérdida de 0,58 calorías y, si hay una
sudoración abundante, la persona puede llegar a perder más de un litro de
líquido en cada hora.
Pero las altas
temperaturas influyen en muchos más aspectos de la alimentación, la
seguridad y la salud en general.
Es
fundamental, pues, reponer la pérdida de líquidos que sufre el organismo
con el calor para evitar otros problemas de mayor importancia como el golpe de
calor (el más grave) o el agotamiento por calor.
CONSEJOS
PARA EVITAR LA DESHIDRATACIÓN
1.- Beber de 2 a 3 litros de líquido al
día de manera continua y en pequeñas cantidades.
2.- Si se realizan actividades y
esfuerzos físicos notables, conviene aumentar estas cantidades y vigilar las
pérdidas excesivas de líquido a través del sudor.
3.- Llevar siempre a mano una botella
de bebida que nos recuerde la necesidad de beber.
4.- No confiar únicamente en la
sensación de sed ya que suele aparecer cuando existe cierta deshidratación.
5.- Beber variedad de bebidas: agua,
infusiones, refrescos, zumos, lácteos, etc. El sabor de las bebidas ayuda a
beber lo necesario.
6.- Ingerir alimentos ricos en agua
(frutas, verduras y hortalizas).
7.- Evitar el consumo de bebidas
alcohólicas, tienen efecto diurético y deshidratan.
8 En épocas de calor intenso, además
de aumentar el consumo de líquidos, mantenerse en un ambiente fresco y
ventilado.
9.- Vigilar la adecuada ingesta de
líquido de los más vulnerables a la deshidratación (ancianos, deportistas,
trabajadores al aire libre, etc.)
10.- En caso de duda sobre cómo
hidratarse adecuadamente, consultar a los especialistas de la salud (médicos,
enfermeros o farmacéuticos).
VERDADES Y
MENTIRAS SOBRE LA HIDRATACIÓN
“Sólo me
puedo hidratar con agua”
¡FALSO! Las
infusiones, los zumos o los refrescos son también una buena fuente de
hidratación. Las bebidas refrescantes, por ejemplo, contienen más de un 99% de
agua. Además de las bebidas, algunos alimentos como las frutas o las verduras
tienen un alto contenido en agua.
“Es más
fácil beber si las bebidas tienen sabor”
¡VERDADERO!
Las bebidas con sabor facilitan la hidratación, ya que hacen más sencillo y
apetecible beber. Según un estudio elaborado por la Universidad Católica de
Murcia, tomar bebidas con sabor incrementa en un 32% la ingesta de líquido.
“Beber más
de 2 litros al día es malo”
¡FALSO! Si
bebemos más líquido del que el cuerpo necesita, el riñón elimina a través de la
orina aquello que le sobra. De esta forma, los expertos recomiendan ingerir
entre 2 y 2,5 litros al día, adaptando esta cantidad a las necesidades de cada
persona en función del sexo, la edad o el nivel de actividad física que
realice.
“Tomar
distintas bebidas ayuda a beber lo necesario”
¡VERDADERO!
Variar las bebidas que se toman a lo largo del día hace más divertido hidratarse.
Las infusiones, los zumos o los refrescos son una buena fuente de hidratación.
Estudios demuestran que el consumo de líquidos es un 50% mayor cuando se
dispone de diversidad de bebidas.
“Las bebidas
con cafeína no contribuyen a la hidratación”
¡FALSO! La
cafeína es un alcaloide presente de manera natural en diversas plantas que
forma parte de algunas bebidas como el café, el té o los refrescos de cola.
Estas bebidas tienen una gran capacidad hidratante porque están compuestas en
más de un 90% por agua.
“Es más
fácil beber lo necesario si se toman pequeñas cantidades durante todo el día”
¡VERDADERO! Beber pequeñas cantidades a lo largo de todo el día
puede ayudar a beber lo necesario. Igualmente, llevar a mano una botella de
nuestra bebida favorita recuerda la necesidad de beber y facilita hacerlo poco
a poco.
“Las bebidas
con azúcares no hidratan”
¡FALSO! Existen muchos alimentos y
bebidas con alto contenido hídrico que además tienen azúcares y que contribuyen
a una buena hidratación como las frutas, los zumos o los refrescos. Además,
tienen un valor añadido ya que aportan energía, esencial en una época como el
verano en la que el nivel de actividad se incrementa.
EL SOL, SIEMPRE CON PRECAUCIÓN
Las
exposiciones prolongadas al sol o al calor pueden tener como consecuencia,
quemaduras solares, golpes de calor, insolaciones. Los niños, los ancianos y
las embarazadas son especialmente vulnerables.
Sol, playa,
calor, baños, descanso son palabras íntimamente ligadas a las vacaciones, pero
las altas temperaturas, el cambio de los hábitos alimenticios y las actividades
que se realizan en estas épocas favorecen la aparición de molestias y
“accidentes” propios de las vacaciones. Por eso, ahora que nos aproximamos al
período estival, es conveniente conocer aquellos riesgos que aumentan durante
esta época, para así, siguiendo unas básicas recomendaciones, evitar que unos
días felices de descanso y disfrute se puedan transformar en un “tormento”.
La mayoría de
los "peligros" estivales están relacionados con las altas
temperaturas y la exposición a las radiaciones solares, aunque hongos,
gastroenteritis e insectos hacen también su "agosto" durante este
periodo. Quemaduras, intoxicaciones alimentarias, alergias, insolaciones,
picaduras de insectos o cortes de digestión son algunos de los indeseados
"compañeros de viaje" que pueden amenazar a nuestras vacaciones. Unas
sencillas medidas de prevención, o una reacción adecuada y a tiempo, son
fundamentales para mantenerlos a raya y poder disfrutar de lleno del periodo
estival.
Rayos solares
El sol es
indiscutiblemente el astro rey, y en verano brilla más tiempo y con más fuerza,
trayendo buen tiempo y buen humor (la luz solar es un antidepresivo natural) e
invita a disfrutar de todo tipo de actividades al aire libre (deportes, baños,
excursiones, comidas, viajes…).
Pero el sol
puede ser también perjudicial, bien por el efecto directo de sus rayos, bien
indirectamente. Te contamos cómo sortear estos peligros.
Hay dos tipos
de rayos solares importantes desde el punto de vista de la salud: los
infrarrojos (IR), productores de calor, y los ultravioletas (UV), que aunque no
dan calor, producen fácilmente quemaduras solares, ya que son radiaciones
ionizantes que pueden provocar también envejecimiento prematuro de la piel y
cáncer cutáneo, así como cataratas y opacidades de la córnea. Para defenderse
de los rayos ultravioletas, la piel produce un filtro extremadamente eficaz: un
pigmento llamado melanina. Pero sólo las personas de piel oscura tienen la
suficiente melanina para protegerse de los UV. Los demás debemos aplicarnos
productos con factor de protección (FP).
El FP sirve para calcular cuánto podemos prolongar
la estancia al sol, multiplicando el tiempo que tardamos en quemarnos por el
número del FP. Por ejemplo, si una persona aguanta 10 minutos y usa FP20:
10x20= 200 minutos, es decir 3h y 20' sin quemarse.
Fototipos
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Características
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Fototipo I
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No tiene ninguna capacidad para broncearse. Se quema
siempre. Son de ojos azules, pelirrojos y pecosos.
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Fototipo II
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Se broncea poco, y a veces se quema. Tiene los ojos
azules o verdes, el pelo rubio y su piel es blanca en inverno.
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Fototipo III
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Tiene buena capacidad para broncearse y rara vez se
quema. Sus ojos son marrones o grises y el pelo, castaño. Su piel es morena
en invierno.
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Fototipo IV
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Se broncea muy fácilmente y nunca se quema. Sus ojos
son marrones o negros y su pelo, negro. La piel es morena racial.
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El tiempo de exposición al sol que soporta cada
fototipo antes de la aparición de una quemadura solar si la persona no se
protege es el siguiente:
- Fototipo I: 10 minutos
- Fototipo II: de 15 a 20 minutos
- Fototipo III: 30 minutos
- Fototipo IV: de 30 a 45 minutos
EL GOLPE DE CALOR
Es la forma más general, frecuente y peligrosa de todos
los accidentes causados por el calor y por la radiación solar; generalmente
ocurre en ambientes de elevada temperatura y humedad y no es necesaria la
exposición solar directa, ya que también puede ocurrir en lugares cerrados, con
ambiente caluroso y húmedo y en los que corra muy poco el aire.
Con el fin de evitar los golpes de calor deben tomarse
las siguientes medidas:
- Comer
moderadamente.
- Aumentar
la ingestión de líquidos aunque no se tenga sed.
- Evitar
bebidas alcohólicas y muy azucaradas.
- Ducharse
con agua templada o fresca.
- Usar
ropa ligera y holgada.
- Descansar
con frecuencia a la sombra.
- Mantener
la vivienda fresquita.
- Evitar
las aglomeraciones.
- Exponerse
al sol el mínimo tiempo posible.
Los niños y los ancianos son especialmente vulnerables.
LA INSOLACIÓN
Suele producirse por la prolongada exposición al sol,
debido a una excesiva acumulación de calor en el organismo, sobre todo en las
personas que están poco habituadas a la luz solar y que se exponen a ella en
forma prolongada.
La insolación suele cursar con dolor de cabeza repentino,
aumento de la temperatura corporal, excitación o somnolencia, náuseas y vómitos
y trastornos visuales y, en casos severos, incluso pueden presentarse
trastornos respiratorios y pérdida de conocimiento.
Qué hacer. Lo
primero que debe hacerse ante un caso de insolación es disminuir la temperatura
corporal y en casos graves acudir inmediatamente al médico.
QUEMADURA SOLAR
Se caracteriza por enrojecimiento de la piel e incluso
ampollas, con escozor intenso y dolor, que aparece pocas horas tras la
exposición al sol y alcanza su máximo a las 12-24 horas.
Qué hacer.
Si
hay ampollas (quemadura de segundo grado) o si la quemadura es extensa, acudir
al médico lo antes posible. En el resto de casos, interrumpir la exposición al
sol, aplicar cremas hidratantes, beber agua y otras bebidas sin alcohol.
Prevención.
- Comenzar
a tomar el sol gradualmente.
- Usar
siempre cremas de protección solar (contra UVA y UVB) en todas las zonas
de la piel expuestas al sol, incluso en días nublados, especialmente en la
montaña y en la playa (también bajo la sombrilla), así como en latitudes
próximas a los polos.
- Aplicarse
la crema protectora media hora antes de exponerse al sol. Repetir la
operación cada dos horas y tras cada baño.
- Proteger
los labios con producto labial con FP alto.
- Proteger
los ojos con gafas de sol polarizadas de buena calidad (consulta en tu
óptica).
- Proteger
la cabeza con un gorro o sombrero.
- Evitar
la exposición alrededor del mediodía (12 a 16 h).
- Evitar
la exposición si se están tomando medicamentos fotosensibilizantes o
fototóxicos (ver prospecto o consultar al médico).
- Bajo
el sol, evitar el uso de colonias, lociones... que contengan alcohol.
- Tras
el baño, ducharse con agua fresca y dulce y aplicarse una crema
hidratante.
- Beber
agua o líquidos sin alcohol frecuentemente. Tomar frutas, ensaladas,
gazpachos...
Niños
Especial precaución: nada de sol a los menores de tres
años. Utilizar productos con FP30, sin alcohol, resistentes al agua. Reaplicar
periódicamente de forma generosa. Protegerlos con ropa, gorras y gafas, también
en la sombra. Darles de beber mucha agua. Recordar que el daño solar es
acumulativo y que durante los primeros años las quemaduras del sol pueden
debilitar la piel para toda la vida.
Embarazadas
Usar pantalla solar con FP30 para evitar la aparición de
manchas oscuras en la piel de la cara, lo que se conoce como “cloasma” y que
puede tardar tiempo en desaparecer.
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