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CONSUMO DE CARNES ROJAS Y PROCESADAS. ¿QUÉ DEBO SABER?




En estos últimos días ha saltado la alarma acerca del consumo perjudicial de carnes rojas y procesadas.  ¿Esto debería preocuparnos o deberíamos ser prudentes en cuanto al consumo? Vamos a intentar dar un pequeño resumen de la situación actual al respecto y hacer un llamamiento a la tranquilidad siguiendo las actuales pautas de alimentación que recomiendan las sociedades de alimentación, nutrición y dietética.



¿Qué entendemos por carne roja?

Carne roja es toda la carne muscular de los mamíferos, incluyendo carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo y cabra

¿Qué se considera carne procesada?

La carne procesada se refiere a la carne que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado, u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación. La mayoría de las carnes procesadas contienen carne de cerdo o carne de res, pero también pueden contener otras carnes rojas, aves, menudencias o subproductos cárnicos tales como la sangre.
Ejemplos de carnes procesadas incluyen frankfurts (perritos calientes/hot dogs/salchichas), jamón, salchichas, carne en conserva (corned beef), y cecina o carne seca, así como carne en lata, y las preparaciones y salsas a base de carne.



¿Por qué se ha realizado ahora este estudio?

Un comité asesor internacional que se reunió en 2014 recomendó que la carne roja y la carne procesada fueran consideradas de alta prioridad para su evaluación por el Programa de Monografías del Centro Investigador del Cáncer. Esta recomendación se basó en estudios epidemiológicos que sugerían que los pequeños aumentos en el riesgo de varios tipos de cáncer podían estar asociados con un alto consumo de carne roja o de carne procesada.
Aunque estos riesgos son pequeños, para la salud pública podrían ser importantes dado que muchas personas en el mundo comen carne y el consumo de carne está aumentando en los países de ingresos bajos y medianos. Pese a que algunas agencias de salud ya recomiendan limitar la ingesta de carne, estas recomendaciones están dirigidas principalmente a reducir el riesgo de otras enfermedades.

¿Qué tipos de cáncer están relacionados con el consumo de carne roja o procesada?

La evidencia más fuerte, aunque todavía limitada, de asociación con el consumo de carne roja es para el cáncer colorrectal. También hay evidencia de enlaces con cáncer de páncreas y cáncer de próstata.
También se vio una asociación con el cáncer de estómago, pero la evidencia no es concluyente.

¿Debería dejar de comer carne?

Se sabe que comer carne tiene beneficios para la salud. Muchas de las recomendaciones nacionales de salud aconsejan a las personas limitar el consumo de carne procesada y carne roja, que están vinculados a un mayor riesgo de muerte por enfermedades del corazón, diabetes y otras enfermedades. Pero desde el punto de vista alimenticio, hay que recordar que las carnes rojas tienen un valor nutricional interesante para el organismo, por su aporte de hierro y vitamina B12 en particular. Por tanto, la OMS pone de manifiesto que no es necesario eliminar de la dieta este tipo de alimentos ni poner en alerta a la población española, sino llevar a cabo un consumo moderado de carnes rojas y procesadas, tal y como ya está indicado en las pirámides nutricionales y se ha recomendado durante muchos años.




¿Qué dicen los expertos?

 La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud publicará en breve un informe en el que se vincula el consumo de carne roja y carne procesada con el riesgo de cáncer.
Mientras tanto, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición aconseja prudencia hasta conocer el informe de evaluación de riesgos de la Autoridad Europea, y seguir las actuales recomendaciones de salud pública, que indican un consumo moderado u ocasional (no más de dos o tres veces por semana).


La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) aconseja mantener las actuales recomendaciones de salud pública sobre el consumo de carne: el consumo debe ser moderado, de no más de dos veces por semana, ya que el consumo continuado y excesivo se asocia a problemas de salud. Así lo recogen todas las guías nutricionales existentes. La AECOSAN mantiene esta postura tras conocer la nota de prensa emitida por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), de la Organización Mundial de la Salud, que vincula, en distintos grados, el consumo de carnes rojas y de carnes procesadas con el riesgo de sufrir esta enfermedad.

El informe aún no se ha publicado en su totalidad, pero el comunicado de prensa difundido alerta de que el consumo de 50 g. diarios de carnes procesadas incrementa un 18% el riesgo de sufrir cáncer de colon. En el caso de la carne roja, el grupo de trabajo convocado por el programa Monografías de la IARC, la clasifica como “probablemente carcinógena para los humanos” (Grupo 2A). La carne procesada se clasifica como “carcinógena para los humanos” (Grupo 1). El informe también señala que para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por su consumo de carne procesada es pequeño, pero este riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida.

El método de actuación de estos informes es mediante grupos de trabajo interdisciplinares que evalúan estudios científicos y publicaciones ya existentes. No se realizan ensayos científicos que determinen el riesgo. El sistema de “Monografías” es un programa para identificar peligros, no para evaluar el riesgo. Esto significa que no tiene en cuenta la exposición real al agente con relación a su potencial carcinógeno.

AECOSAN considera que esta revisión apoya aún más las actuales recomendaciones de salud pública acerca de limitar el consumo de carne, pero recuerda que, al mismo tiempo, la carne roja tiene un valor nutricional, por lo que hace una llamada a la prudencia. La información emitida hoy por la IARC es coherente con las guías nutricionales actuales.
Para evaluar el riesgo real será necesario, por tanto, esperar al informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria como órgano evaluador del riesgo de la Unión Europea. Sus dictámenes sirven a los Estados Miembros para realizar una adecuada gestión de estos riesgos y analizar la relación entre riesgo y beneficio derivado del consumo de los alimentos, para así emitir recomendaciones en función de esta evaluación.


AECOSAN también recuerda que los beneficios de una dieta variada, moderada y equilibrada, como la mediterránea, rica en frutas, verduras, aceite de oliva, legumbres y

pescado, con consumo limitado de carnes, están evidenciados científicamente, y es en ellos en los que se apoyan las recomendaciones nutricionales de nuestro país.

A este respecto, la organización mundial de la salud, ha elaborado un documento donde responde a las preguntas más frecuentes a este tema para resolver algunas dudas que nos podamos plantear. Éstas son:


En estos momentos de alarma que ha ocasionado el informe presentado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) sobre los potenciales riesgos del consumo de carne roja y procesada, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) también se ha manifestado y quiere recordar que la alimentación variada y equilibrada es un pilar básico para nuestra salud. Por eso, la SEEN manifiesta que el citado informe no supone un cambio en las actuales recomendaciones nutricionales de nuestra sociedad y otras sociedades nacionales e internacionales, puesto que desde hace tiempo se ha venido resaltando la importancia de una dieta variada y equilibrada siguiendo el patrón mediterráneo, en la que el consumo de carnes procesadas y carne roja se realice de forma ocasional.

No debemos demonizar un alimento en concreto, y más si tenemos en cuenta que la carne roja también tiene beneficios nutricionales, por su contenido en proteínas de alto valor biológico, hierro, zinc y vitaminas del complejo B. Es el patrón alimentario de forma global el que condiciona riesgos para nuestra salud.

Desde la SEEN recomiendan fomentar nuestro patrón de dieta mediterránea, que ha demostrado ampliamente sus beneficios en estudios, que evidencian una menor mortalidad y menores riesgos cardiovasculares en los sujetos que seguían dicho patrón mediterráneo.


La Federación Española de Sociedades de Alimentación, Nutrición y Dietética recuerda la importancia, junto con un estilo de vida saludable, del mantenimiento de una correcta alimentación, variada y equilibrada, en el que tienen cabida todos los grupos de alimentos, siempre que se respeten las cantidades diarias/semanales recomendadas por las guías de alimentación saludable. Asimismo, es importante recordar que la correcta hidratación y la práctica de actividad física diaria son relevantes para la prevención de diferentes enfermedades entre las que destacan las cardiovasculares y el cáncer.




fuente:    www.mediterraneamos.es

Un artículo de la Dra Raquel Regla Marín

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