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6 ABRIL: DÍA MUNDIAL DE LA ACTIVIDAD FÍSICA

<< Todas aquellas partes del cuerpo que tienen una función, si se usan con moderación y se ejercitan en el trabajo para el que están hechas: se conservan sanas, bien desarrolladas y envejecen lentamente. Pero si no se usan y se deja que holgazaneen: se convierten en enfermizas, defectuosas en su crecimiento y envejecen antes de hora>>.   - Hipócrates. Médico en la Antigua Grecia, 460-370 AC.

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uévete. Es uno de los mejores consejos que podemos darte como profesionales de la salud. Así de simple, por complicado que parezca. El ejercicio físico es bueno para tu salud y para tu felicidad. El ejercicio y la actividad física generan múltiples beneficios a la salud física y mental de las personas que los practican. Entre ellos el aumento de la capacidad funcional, la mejora en la calidad de vida y la disminución de la morbilidad.
El estilo de vida occidental se ha asociado con el aumento de la incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles, las cuales representan un gran problema de salud pública al ser una de las principales causas de muerte y discapacidad a nivel mundial. Entre estas enfermedades se encuentran las cardiovasculares, la diabetes tipo dos, así como enfermedades respiratorias crónicas ó artrosis, las cuales están directamente relacionadas con el estilo de vida: siendo el sedentarismo, los malos hábitos alimenticios y el tabaquismo los principales factores de riesgo responsables de su desarrollo. Es por esto que las intervenciones sobre estas patologías pueden prevenirlas o retrasarlas.

1. Múltiples estudios han determinado que la actividad física y el ejercicio regular pueden ser efectivos en la prevención y el tratamiento de estas enfermedades.
2. Promover la actividad física, desde etapas tempranas, lograría mantener una mejor salud física y emocional, aumentar la calidad de vida y tener mayor rendimiento en el empleo.
3.  Además, se ha registrado una mayor puntuación en las escalas de salud y calidad de vida en personas que se ejercitan de manera regular.





La Organización Mundial de la Salud recomienda de forma genérica que toda persona adulta, siempre que sus limitaciones médicas no se lo impidan, debe realizar al menos 150 minutos de ejercicio físico aeróbico de intensidad moderada semanalmente o al menos 75 minutos de alta intensidad, o la combinación proporcional de ambos.
Asimismo, los expertos, recomiendan realizar ejercicios de fuerza (como levantar pesas) que impliquen a los grandes grupos musculares entre una y dos veces a la semana. Además, parece que dosis superiores de ejercicio (300 minutos de ejercicio moderado o 150 de ejercicio intenso semanalmente) pueden reportar beneficios adicionales sobre nuestra salud.

Como aconseja  la  Guía para la prescripción de ejercicio físico de la Sociedad Española de Hipertensión: “La prescripción de ejercicio en la consulta médica es el proceso por el cual se instaura un régimen sistemático de actividad física, según las necesidades de cada paciente, con el fin de aumentar la actividad física habitual, y de esta manera, la condición física con los menores riesgos”.

El reto del profesional de la salud consiste en conocer cuál es la rutina, para que la prescripción sea un éxito. Es fundamental individualizar a cada paciente, considerando factores como el ciclo vital individual, sexo, limitaciones físicas, patologías de base y estado de salud, de esta forma se podrá elegir el tipo de actividad y la dosis correcta, logrando que el paciente inicie e involucre la actividad física en su vida cotidiana, mejorando la salud al reducir factores de riesgo para enfermedades crónicas.

Para que un programa de ejercicio regular sea efectivo es necesario generar adaptaciones que mejoren el rendimiento, utilizando el entrenamiento de las cualidades físicas básicas: resistencia cardiorrespiratoria (ejercicio aeróbico), fuerza y resistencia muscular, flexibilidad y control de la composición corporal.

Cada uno de ellos debe incluir cinco parámetros esenciales: tipo de ejercicio, intensidad, duración, frecuencia y ritmo de progresión.

Es fundamental recomendar actividades diarias que aumenten el gasto de energía, ya que es probable que la población sedentaria obtenga beneficio al realizarlas. Estas actividades incluyen la utilización de bicicleta en lugar del automóvil, se recomienda estacionarlo lejos de la entrada ó usar las escaleras en lugar del ascensor. Pequeños detalles que pueden crean hábitos importantes para la progresión del estado de forma físico.

El profesional de la salud debe incluir la prescripción del ejercicio en su práctica diaria, teniendo en cuenta los parámetros, las recomendaciones y los pasos para que la formulación sea un éxito. 

Cabe resaltar que es fundamental individualizar cada paciente dependiendo de sus condiciones físicas y de salud. De esta manera se logrará que el paciente se adhiera a la realización cotidiana de ejercicio, involucrándolo como hábito en un estilo de vida saludable, para disminuir factores de riesgo que generen a futuro enfermedades.




Un artículo del Dr Martín Torres Remirez

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