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¿RESFRIADO O GRIPE? CONOCE LAS DIFERENCIAS


Conocer las diferencias entre el resfriado común o catarro y la gripe ayudará a poner un tratamiento y evitar complicaciones como la neumonía. El resfriado es una infección leve de nariz y garganta que lo puede causar más de 200 tipos distintos de virus, mientras que la gripe es una infección de las vías respiratorias causada por un el virus influenza.
Otra de las diferencias es la estacionalidad. Mientras la gripe es una infección vírica respiratoria que empieza en noviembre y acaba a principios de primavera los catarros pueden aparecer durante todo el año aunque en verano son menos frecuentes.
Pero para reconocer si estamos ante una u otra enfermedad es conveniente conocer la diferencia de los síntomas.


Breve test para salir de dudas:


El paciente padecerá un catarro común si las respuesta a las siguiente preguntas son positivas.
1- Tienes congestión nasal, dificultad respiratoria, estornudos y tos.
2- No aparece fiebre al tomar la temperatura corporal o solo es febrícula (entre 37,5 y 37,9ºC)
3- Existe foco de dolor en faringe.
4- La aparición de los síntomas son paulatinos entre uno y tres días.
5- Suele durar entre dos y cinco días y la recuperación es rápida.

El paciente estará infectado por el virus de la gripe si:
1- En su fase central tienes fiebre alta por encima de los 38'5ºC.
2- No existe o es menor la congestión nasal aunque puede aparecer dolor leve de garganta y tos.
3- No hay signos focales de infección pero si dolor de cabeza, muscular y gran cansancio físico.
4- El inicio es brusco. Los síntomas empiezan de manera súbita.
5- En la mayoría de los casos la recuperación es total en una semana aunque puede prolongarse hasta los 15 días.


TRATAMIENTO


No hay cura para un resfriado o para la gripe. Los antibióticos no sirven para tratar los virus aunque si existen unas medidas generales para combatir los síntomas de ambas enfermedades que podrían resumirse en beber suficiente cantidad de líquidos; hacer reposo y emplear un humidificador.
Una vez se haya enfermado de la gripe o de un resfriado, seguir una dieta líquida o blanda, a base de caldos de verduras, pescado, zumos de frutas o purés de fácil digestión.

Se debe beber con frecuencia para evitar la deshidratación del cuerpo, debido a la fiebre y la sudoración, aunque hay que abstenerse de fumar y tomar infusiones o bebidas estimulantes como el té o el café, ni bebidas alcohólicas.


También hay que hacer reposo, mantener una atmósfera húmeda y hacer vahos ante la sequedad de la nariz causada por el goteo nasal (rinorrea).


Los analgésicos, antitusígenos o descongestionantes puede ayudar a aliviar aunque será su médico quien debe indicar cual es el más conveniente y las cantidades administradas. 

Se recomienda emplear un antigripal que contiene varios medicamentos eficaces frente a los síntomas de estas infecciones. Los principales medicamentos empleados en los preparados antigripales son:
- Descongestionantes nasales, contra la nariz tapada
- Antitusígenos contra la tos irritativa
- Expectorantes y mucolíticos, contra la tos con mucosidad
- Antihistamínicos, contra la secreción líquida por la nariz
- Analgésicos-antitérmicos, contra la fiebre y los dolores generalizados y de cabeza.
Para el tratamiento de la gripe también se pueden administrar antivíricos que deben ser tomados para que sean eficaces dentro de las primeras 48 horas de la infección. Pero simplemente consiguen que la infección sea más leve.

Análisis clínico para detectar la gripe

Generalmente el médico le diagnosticará la gripe basándose en sus síntomas. Pero también hay una serie de pruebas de laboratorio que utilizan un cultivo del exudado faríngeo o pruebas de sangre que pueden confirmar el diagnóstico. El médico puede requerir dichas pruebas si sus síntomas aparecen cuando no hay epidemias locales de gripe o existe un peligro real para el paciente.

PROFILAXIS

Evitar los enfriamientos requiere del sentido común:

En la vivienda: comprobar que las ventanas queden bien cerradas y que no se cuele el aire por ellas, evitar las corrientes de aire al ventilar.
Si se pasa tiempo en el sofá, viendo la televisión o leyendo, conviene cubrirse con una manta. También es importante moverse y no permanecer quietos mucho rato.

Calzado en casa y fuera: hay que tener en cuenta que llevar los pies descalzos, aunque sea por poco tiempo, puede producir enfriamiento, ya que manos y pies, sobre todo estos últimos, son muy sensibles. Para evitarlo, se aconseja llevar buenas zapatillas en casa y zapatos de suela aislante en la calle, calcetines y guantes de lana.
Conviene evitar los cambios muy bruscos de temperatura entre el domicilio, u otro lugar cerrado, y el exterior.



Ropa de abrigo: en cuanto a la ropa de abrigo, es indispensable llevar prendas de ropa interior de calidad para combatir el frío, como camisetas térmicas que sean transpirables. La parte de arriba del cuerpo se puede abrigar con tres capas (camiseta interior, blusa o camisa y jersey de lana), mientras que para la inferior bastan dos capas (pantalones con leotardos debajo en el caso de la mujer, o pantalones recuperando los calzoncillos largos, en desuso, en el de los hombres). Gorro y bufanda, esenciales: vestir varias capas es tan importante como cubrirse con un buen abrigo al salir a la calle.

Cómo evitar contagios:
Tanto el resfriado como la gripe son infecciones respiratorias muy contagiosas, por lo que, para evitarlas, hay que taparse la boca o la nariz al estornudar y utilizar pañuelos desechables, lavarse las manos con frecuencia y vacunarse de la gripe si se pertenece a un grupo de riesgo.

En el caso de la gripe, recomendamos la vacunación en todos los grupos de riesgo.


Para afrontar la temporada de resfriados, es conveniente reforzar nuestro sistema inmunitario, lo que más nos ayuda a aumentar las defensas, son una dieta equilibrada y el ejercicio físico.

Basta cuidar la alimentación para incrementar nuestras defensas y hacernos más fuertes para resistir a cualquier ataque vírico. Ya lo decía Hipócrates en el siglo V a. C: “Que tu alimentación sea tu medicina, y tu medicina, tu alimento”.
La idea es llenar la despensa de alimentos preventivos y así evitar ir a la farmacia en busca de suministro para el armario de los medicamentos.  Algunos de ellos son la calabaza, el kiwi, la mandarina y la naranja, los frutos secos, la granada, la miel, los huevos, la cebolla, el ajo y las legumbres entre otros.

Si bien una gripe leve y el catarro rara vez requieren de atención médica, en caso de que la fiebre no remita o supere el tiempo normal de evolución de la enfermedad, es el momento de acudir al centro de salud donde el profesional realizará una exploración para descartar cualquier complicación (neumonía vírica) y evitar problemas respiratorios graves.

Dra. Mónica San Nicolás Bermúdez



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