La
mayoría de las mujeres sabe que a partir de una determinada edad es
muy importante realizarse revisiones periódicas de las mamas. La
prevención siempre juega un papel destacado, pero hay enfermedades
en las que detectar a tiempo la existencia de células neoplásicas
y poner un rápido tratamiento cambia por completo la evolución de
las mismas. Esto ocurre, por ejemplo, en el caso del cáncer
de mama.
Las
pruebas diagnósticas como método de cribado son fundamentales para
conocer si todo está en perfectas condiciones o hay que alertarse
por algún motivo pero también es muy importante saber realizar una
buena autoexploración mamaria.
- La importancia de la autoexploraciónCada mes es importante mirarse en el espejo unos minutos y comprobar si las mamas han cambiado de tamaño, forma o color o si presentan algún tipo de deformidad. Hay que hacerlo con los brazos en reposo y también con ellos levantados. Después hay que tumbarse y palparse cada mama con la mano contraria y extendida y con las yemas de los dedos, de una forma firme y suave. El movimiento debe ser pequeño y circular. Asimismo hay que hacerlo de arriba abajo y de izquierda a derecha, desde la clavícula hasta la parte superior del abdomen y desde la axila al escote. También es importante realizarse la exploración sentada o de pie
Es
fundamental remarcar que hay que evitar la psicosis de palparse todas
las semanas.
Lo que
se recomienda en aquellas pacientes que menstrúan es hacerlo una vez
al mes, en el período post
menstrual,
que es el momento en que la turgencia mamaria es menor y los niveles
hormonales están en un nivel basal. En pacientes menopáusicas,
también hay que hacerlo una vez al mes, eligiendo un día puntual y
manteniendo la regularidad a lo largo del año. La clave es generar
una rutina de prevención y concientizarse acerca de su importancia.
Si al
hacerse la autoexploración nota algo diferente en sus mamas, no
espere y pida cita con el médico de familia o ginecólogo para
que estudie su caso en profundidad.
- ¿En qué consiste la mamografía?
La
prueba de imagen más
utilizada para la detección precoz del cáncer de mama es
la mamografía, tanto para mujeres asintomáticas como para aquellas
que presentan bultos, secreción del pezón o hundimiento del mismo.
Se trata de una técnica que, mediante una mínima radiación,
muestra imágenes del interior de los senos de la mujer.
El
motivo esencial para realizarse la mamografía
es que permite detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de
que se hagan palpables,
lo que significa que al realizarse la prueba, en caso de dar
positivo, sería posible aplicar tratamientos menos agresivos, como
es el caso de la cirugía conservadora, que dejan menos secuelas
físicas y psicológicas en la mujer.
Con el protocolo en la sanidad pública se comienza realizarse las mamografías a partir de los 50 años hasta los 64 años con una periodicidad de 2 años. En algunos casos se recomienda que desde los 40 las mujeres se hagan este examen cada año, incluso en mujeres con antecedentes de cáncer de mama o de ovarios hay que comenzar antes de esa edad a realizarse la prueba de cribado.
Con el protocolo en la sanidad pública se comienza realizarse las mamografías a partir de los 50 años hasta los 64 años con una periodicidad de 2 años. En algunos casos se recomienda que desde los 40 las mujeres se hagan este examen cada año, incluso en mujeres con antecedentes de cáncer de mama o de ovarios hay que comenzar antes de esa edad a realizarse la prueba de cribado.
El
mejor momento para hacerse una mamografía es una
semana después
de haber tenido el periodo. De esta forma se evitan los días en los
que los senos están más hinchados y sensibles. También es
importante llevar las pruebas realizadas en años anteriores, para
que el radiólogo pueda comparar si la mama ha sufrido alguna
variación.
¿Cómo
se realiza una mamografía?
Esta
prueba, que se hace de forma ambulatoria, es un poco molesta para la
mayoría de las mujeres.
Durante
la misma el médico o el técnico en rayos coloca la mama en la
unidad de mamografía y la comprime de manera gradual. De esta forma
se consigue que todos los tejidos se vean, alargándolos para que no
quede ninguna zona oculta. Además, el hecho de que la mama
permanezca firme e inmóvil hace que la imagen se vea más nítida.
Las
mamografías evitan el 30% de los fallecimientos por cáncer de mama,
ya que permiten al médico ver pequeños tumores y poner un rápido
tratamiento. No obstante hay que saber que no
todos los cánceres de mama se ven en una mamografía.
- ¿En qué consiste una ecografía de mama?
La
ecografía de mama es una prueba que examina los senos mediante
ultrasonidos. A través de un pequeño aparato, denominado
transductor, el médico puede ver la imagen de las mamas de la
paciente. Por sí sola, esta prueba no suele mandarse como test para
la detección del cáncer, sino como complemento. No obstante en
mujeres con mamas densas,
con menos tejido adiposo,
la inclusión de una ecografía en el protocolo mejora la detección
de esta enfermedad.
Se
trata de una prueba indolora que no necesita ninguna preparación,
aunque se suele recomendar no utilizar ninguna loción hidratante en
la zona ni desodorante. Este examen es muy eficaz para encontrar
pequeños tumores que aún no se han extendido a los ganglios
linfáticos. Permite distinguir entre una masa sólida y un quiste y
ayuda a encontrar un tumor cuando el pezón produce secreciones
transparentes o con sangre. También es un método que se utiliza en
el caso de ser necesaria la realización de una biopsia de mama,
funcionando como una guía.
En
función de la edad, el ginecólogo suele mandar una u otra. Para
mujeres con menos de 40 años se utiliza este estudio, puesto que las
mamas son más densas. De hecho, la mayoría de los bultos mamarios
en mujeres jóvenes son quistes benignos o tejido glandular normal
que aparece amontonado. Los senos de las mujeres de más edad tienen
más grasa y son más fáciles de evaluar a través de una
mamografía.
¿Puede la ecografía sustituir a la mamografía?
No, la
ecografía es un buen complemento para la mamografía pero no es útil
en el diagnóstico precoz del cáncer de mama, en pacientes que no
tienen un tumor palpable. Únicamente en el caso de gestantes y
mujeres muy jóvenes se puede sustituir a la mamografía.
Es una
técnica importante en el diagnóstico y manejo de las enfermedades
de la mama, tanto benignas como malignas. Frecuentemente el radiólogo
que ha realizado una mamografía solicita la realización de una
ecografía para profundizar en el diagnóstico.
¿Qué otras pruebas se pueden
realizar?
Cuando se necesita más información para poder diagnosticar la patología de la paciente, se pueden realizar otras pruebas complementarias como la punción aspiración con aguja fina (PAAF), la biopsia con aguja gruesa (BAG), biopsia asistida por vacío (BAV) o la biopsia quirúrgica, menos frecuente actualmente. En el caso de mamas densas o con prótesis también se realiza una resonancia nuclear magnética (RNM).
Cuando se necesita más información para poder diagnosticar la patología de la paciente, se pueden realizar otras pruebas complementarias como la punción aspiración con aguja fina (PAAF), la biopsia con aguja gruesa (BAG), biopsia asistida por vacío (BAV) o la biopsia quirúrgica, menos frecuente actualmente. En el caso de mamas densas o con prótesis también se realiza una resonancia nuclear magnética (RNM).
En
Aragón, como en el resto de España, el cribado del cáncer de mama
es poblacional y está incluido en las carteras de servicio del
Ministerio de Sanidad y de las comunidades autónomas siguiendo las
recomendaciones nacionales como las del PAAPS (Programa de Prevención
en Atención Primaria) de la Semfyc (Sociedad Española de Medicina
Familiar y Comunitaria) e internacionales.
Una
vez analizado en profundidad por el PAAPS el estudio canadiense se
constata que las recomendaciones del año 2012 siguen vigentes:
1) Las
mamografías de cribado no están indicadas en mujeres entre 40 y 49
años.
2) La
mamografía de cribado debería de recomendarse cada dos años a las
mujeres entre 50 y 69 años así como a las de 70 a 79 años aunque
en este último grupo de edad hay menos evidencia científica.
Por tanto, en la revisión ginecológica es fundamental saber realizar una buena autoexploración mamaria, para poder detectar alguna anomalía a tiempo y acudir al médico de Atención Primaria. La mamografía se realiza como cribado del cáncer de mama en mujeres de 50-69 años bianualmente y si se precisa de más pruebas la que más se realiza es la ecografía, que aporta una información complementaria pero no sustituye a la mamografía. En algunos casos se realizará el cribado a partir de los 40 años o antes en mujeres con antecedentes de cáncer de mama y ovarios.
Dra. Lorena Rodríguez
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