QUIERO
VOLAR; PERO QUE SEA CON ALAS SEGURAS
¿Qué hacer cuando queremos
salir de viaje al extranjero?
¿Está pensando en salir de
vacaciones, pero sabe que hay enfermedades extrañas y peligrosas en el
extranjero de las que no sabe mucho más que eso? ¿Le preocupa traerse algo
peligroso e infectar a su prójimo? ¿Quiere estar preparado/a para las rarezas
del mundo? He aquí algunas cosas que debe saber.
Ciertas regiones del mundo,
particularmente países tropicales y/o en
vías de desarrollo, son focos endémicos de ciertas enfermedades de carácter
infeccioso y transmisible; es decir, que desde hace tiempo y quizá en parte por
problemas sociopolíticos o ambientales, sus habitantes sufren de dichas
enfermedades con más frecuencia, del mismo modo que quienes las visitan. Cuando se plantee viajar al extranjero,
particularmente a un país del que no se ha informado previamente, debería consultar con su médico para
estudiar los posibles riesgos de salud que afronta al viajar a ese país, así como las medidas preventivas que
pueden ayudarle a evitarle malas pasadas.
En general, la consulta previa a este viaje debería
realizarse con uno o dos meses de antelación (e incluso más, si es posible;
piense en que este servicio también puede tener listas de espera, ¡más en época
de vacaciones!), tanto para viajes de placer como de trabajo, y particularmente
con vistas a viajes de larga duración. Aún así, su médico le atenderá el día de
antes de partir si tiene ocasión, dándole recomendaciones como las que
adjuntamos más adelante en esta revisión para protegerse de infecciones con
medidas generales, que no médicas; es mejor que nada, pero de todos modos le
recomendamos ser precavido y visitar antes a su médico.
Si es vd. un/a paciente de riesgo
(mayor de 65 años, con problemas de salud crónicos, inmunodeprimidos, gestante
o menor de 15 años), es recomendable que realice esta consulta con más celo y
urgencia, para asegurarse de que medidas generales y médicas quedan cubiertas
con tiempo suficiente como para prepararlas de antemano.
MEDIDAS
GENERALES.
Lo primero es lo primero: si tiene enfermedades que requieran
tratamiento, particularmente aquellos problemas graves de salud que exijan
uso de medicamentos de forma diaria o casi diaria, deberá llevarlos consigo en sus viajes o guardados en equipaje de mano,
dentro de sus envases originales y con las etiquetas visibles. Del mismo
modo, es recomendable llevar consigo los datos de contacto con la consulta del
médico que prescribiera sus medicamentos, así como información sobre su
situación médica y sus pautas de tratamiento (dosis, medicamentos, etcétera).
Le recomendamos preparar un botiquín con elementos fundamentales para su viaje,
del que le hablamos en un apartado más adelante.
Una vez ha considerado esta
medida básica, el principal problema para cualquier visitante (usted
incluido/a) lo constituyen la higiene de
agua y alimentos contaminados, causantes principales de la llamada “diarrea del viajero”, el cuadro más
frecuente con el que pueden encontrarse quienes cruzan las fronteras de su país
natal. En países de alto riesgo pueden afectarse hasta cuatro de cada cinco
personas que lo visitan.
Para evitar la diarrea del
viajero, se recomienda:
· Evitar alimentos que se hayan mantenido a temperatura
ambiente durante varias horas (buffets, mercados descubiertos o vendedores
ambulates).
· Evitar alimentos crudos (salvo fruta y vegetales bien
pelados o sin cáscara) y frutas con piel dañada.
· Comer alimentos bien cocinados, y mientras estén calientes.
Las bebidas y comidas que se cocinen a más de 60 ºC suelen ser seguras.
· Evitar el hielo, salvo que sepa que procede de agua segura;
evitar también los helados de cualquier tipo.
· Evitar alimentos con huevos crudos o poco cocinados.
· Evitar lavarse los dientes con agua que no sea segura.
· Pedir consejo a personas del lugar sobre pescado y marisco,
si pueden contener veneno.
· Hervir la leche que no esté pasteurizada antes de tomarla.
· Lavarse las manos con agua y jabón antes de preparar o
consumir alimentos.
· Hervir el agua para beber si se duda de su seguridad
durante al menos un minuto. De no ser posible, usar filtro (cerámico, de
membrana o de bloque de carbono; se recomienda que el poro filtrante tenga un
tamaño de 1 micrómetro o menos) o desinfectante (cloro y yodo son los
desinfectantes más habituales; un agua turbia deberá filtrarse antes de
desinfectarse), y preferiblemente ambos; los dispositivos de ósmosis inversa y
de ultrafiltración son, teóricamente, suficientes para eliminar cualquier
agente infeccioso. Las bebidas frías, sean embotelladas o con envase
estandarizado, son seguras siempre que estén bien cerradas.
De producirse una diarrea
durante un viaje de estas características, aunque en su mayoría serán afortunadamente autolimitadas, es
importante mantener una correcta
hidratación por vía oral, especialmente en niños/as. La toma de líquidos
debe incrementarse en el momento en el que empiece la diarrea, con agua
embotellada, hervida o tratada, o bien con té ligero. Si la diarrea persiste más de un día, se recomienda disolver sales de
rehidratación oral en agua para reponer solutos y agua simultáneamente; de
no contarse con sales de rehidratación oral preparadas, se puede crear un
sucedáneo adecuado con seis cucharadas de azúcar y una cucharada de sal
disueltas en un litro de agua limpia y potable, segura para beber.
En niños/as menores de dos años debe reponerse una
media taza (50-100mL) de fluido por deposición; en niños/as de dos a diez años,
debe reponerse una taza (100-200mL) de fluido por deposición. En personas mayores de diez años, puede administrarse
una cantidad relativamente ilimitada de fluido con el que reponer las pérdidas.
Si la diarrea dura más de
tres días, asocia sangre en heces, vómitos o fiebre, debería solicitar asistencia médica; si no le es posible, y no
tiene más recursos a su disposición o los disponibles le han fallado,
visitantes en edad adulta podrán tratarse con ciprofloxacino, y para niños/as y
gestantes con azitromicina, pero no se recomienda
el uso profiláctico de antibióticos para estos casos. Del mismo modo, no se
recomienda para el uso general la aplicación de pautas con medicación
antidiarreica, especialmente en niños/as.
RIESGOS MEDIOAMBIENTALES.
No todo van a ser bichos; y a
veces, son bichos que se ven venir. Cuando se viaja entre regiones alejadas
(como interesará a quienes necesiten leer este documento), quien viaja
necesitará conocer los cambios físicos (abruptos o no) entre dichas regiones y
sus efectos en la salud.
- La presión barométrica cae al aumentar la altitud. Si padece de
enfermedades pulmonares (enfermedad pulmonar obstructiva crónica, hipertensión
pulmonar), cardíacas (angina inestable) u otros procesos de carácter crónico
(anemia falciforme), deberá tener presente que cualquier viaje a ubicaciones
elevadas puede conllevar síntomas como falta de aliento o fácil cansancio, e
incluso casos leves deberán controlar sus síntomas en estos ambientes.
- La temperatura y la humedad, cuando son elevadas, pueden producir
pérdidas bruscas de agua y electrolitos en sangre, lo que causará extenuación
por calor y golpes de calor. Asegúrese de garantizar su hidratación,
particularmente en ambientes tropicales.
- La exposición prolongada a la luz solar, sobre todo en pacientes de
piel y ojos claros, pueden producir quemaduras en la piel o lesiones oculares.
Asegúrese de llevar fotoprotección adecuada a su tipo de piel y gafas de sol,
particularmente en ambientes tropicales, montañosos o árticos (y, por supuesto,
en verano).
- La toma de agua o alimentos no procesados (contaminados) puede
acarrear infecciones por un número de agentes bacterianos, víricos o
parasitarios. La “diarrea del viajero” puede verse causada por numerosos
agentes infecciosos, como veíamos antes.
- Ciertos insectos y otros animales de pequeñas dimensiones pueden
transmitir enfermedades al contacto con el cuerpo humano. Asegúrese de
informarse sobre los vectores típicos de una región para hacerse con el
repelente óptimo con el que cubrir las partes de su cuerpo que vaya a exponer
al ambiente.
- Muchos animales transmiten infecciones a través de mordeduras, pero también las transmiten
al contaminar alimentos,
particularmente productos cárnicos y lácteos. El riesgo de infección puede
reducirse al evitar un contacto próximo con animales (incluyendo animales
salvajes, cautivos y domésticos) en regiones de gran riesgo de infección por
rabia, tularemia, brucelosis, leptospirosis y algunas fiebres hemorrágicas
virales. El calzado y la ropa que
cubran y protejan tanta superficie corporal como sea posible también serán
importantes en regiones con abundante población de serpientes.
- Al exponerse al agua dulce, evite lavarse y bañarse en aguas que
puedan estar contaminadas por residuos humanos o animales; sólo las piscinas de
agua clorada se consideran seguras.
- Al exponerse al agua de mar, es recomendable cerciorarse de la
presencia de medusas, peces y corales, así como de crustáceos, mariscos y
anémonas de mar tóxicos. Asimismo, debería confirmarse que el lugar de baño es
físicamente seguro y que no supone un peligro para la salud.
- Si bien no es un factor de
riesgo ambiental en el sentido más estricto del concepto, las enfermedades infecciosas de transmisión
sexual están presentes tanto en la región de origen de quien viaja como en
la región visitada. Se puede reducir el riesgo de infección mediante el uso de
preservativo y reduciendo las relaciones sexuales esporádicas.
VACUNACIONES.
Ciertas vacunas se aplican por reglamento
internacional para quienes viajan de
una región a otra del mundo, con lo que las autoridades locales de un país
visitado exigen su cumplimentación. Para demostrarla, se extienden certificados internacionales de vacunación;
para que se le vacune, debe dirigirse a un Centro de Vacunación Internacional,
una instalación autorizada por la Organización Mundial de la Salud. En
Zaragoza, el único Centro de Vacunación Internacional es el Servicio Provincial
de Salud y Consumo, que pertenece a la Subdirección General de Salud Pública y
se encuentra situado en la calle Ramón y Cajal (68); si necesita contactar para
una consulta con el CVI de Zaragoza, su teléfono es el 976 71 50 00.
A fecha de hoy, las
vacunaciones OBLIGATORIAS de acuerdo con la legalidad internacional incluyen:
*
VACUNACIÓN FRENTE A LA FIEBRE AMARILLA.
Causada por un virus y transmitida por un mosquito, la fiebre amarilla es una
enfermedad de declaración obligatoria, endémica de ciertas regiones de África y
Sudamérica (véanse mapas más abajo), y que obliga a visitantes de otras
regiones a vacunarse si pretenden entrar en ellas. Es recomendable que se
vacune frente a la fiebre amarilla si pretende viajar a cualesquiera países de
ambos continentes. Si está embarazada o sufre de alteraciones inmunitarias, o
está pensando en viajar con niños menores de seis meses, consulte con su médico
para determinar si es adecuado el uso de una vacuna. Deberá vacunarse al menos diez días antes del inicio del viaje,
aplicándose una única dosis por vía subcutánea o intramuscular (es decir,
inyectada). Deberá inyectarse una dosis de recuerdo cada 10 años. Puede sufrir
reacciones, como febrícula, dolor muscular y dolor de cabeza. Si persiste
fiebre más de dos días o aparecen síntomas adicionales, consulte con su médico.
*
VACUNACIÓN CONTRA EL MENINCOCO. Se
exige por parte de Arabia Saudí a todos los peregrinos en peregrinación a La
Meca (tanto durante Hajj como Umrah); debe emplearse la vacuna tetravalente,
que cubre múltiples formas de meningococo (los llamados serotipos A, C, Y y
W-135). Deberá vacunarse al menos dos
semanas antes de iniciar el viaje, siendo necesaria una sola dosis por vía
intramuscular (inyectada), sin que sean necesarias dosis de recuerdo. Pueden
producirse reacciones locales leves, como enrojecimiento, hinchazón y dolor en
el punto de inoculación; en raras ocasiones, fiebre y escalofríos. Esto se
aplica a las dos vacunas autorizadas en España.
*
VACUNACIÓN CONTRA LA POLIOMIELITIS.
Algunos países en las que los poliovirus no existen o no han causado
infecciones epidémicas exigen que se vacune a cualesquiera visitantes que
soliciten un visado de entrada.
Por otro lado, hay una serie
de vacunaciones que se consideran RECOMENDADAS en la prevención de enfermedades
infecciosas. Notablemente, ciertos recorridos dentro de un mismo territorio
nacional pueden acarrear riesgos de exposición e infección distintos, así como
pueden ser diferentes los riesgos en viajes largos, con suficiente preparación
previa al viaje o con una salud delicada previa a la travesía. Las condiciones y características de la vacunación
por poliovirus salvaje son especiales. Consúltelas en su CVI.
Por otro lado, las
vacunaciones recomendadas deberían estudiarse cuidadosamente, plantearse con el
médico de Atención Primaria en una consulta lo bastante anticipada y, de ser
posible, plantearse también en un Centro de Vacunación Internacional. De entre
estas, podemos mencionar:
*
VACUNACIÓN CONTRA EL CÓLERA. Es una
enfermedad bacteriana intestinal aguda que causa diarreas abundantes y que
pueden deshidratar a quienes la padecen. La bacteria que la causa, el Vibrio
Cholerae, se transmite por agua y alimentos contaminados. Es endémica de
ciertos territorios de África, Centro y Sudamérica y del sudeste asiático.
Quienes viajan deberían prevenir la toma de agua y alimentos contaminados durante
el viaje, ya que estas medidas son suficientes para evitar la infección. Por
otro lado, existe una vacuna oral inactivada que podría serle útil si planea
viajar a zonas con gran riesgo de infección por trabajo con una ONG, viajes de
aventura, trabajo en campos de refugiados o de tener previstos contactos
directos con la población local. Deberá
vacunarse tres semanas antes del inicio del viaje, administrándose dos dosis
por vía oral; una al inicio del viaje y otra siete días antes, para adultos y
niños mayores de seis años. No tome alimentos dos horas antes y una hora
después de la vacunación.
*
VACUNACIÓN CONTRA LA FIEBRE TIFOIDEA.
Otra enfermedad bacteriana, esta causada por la Salmonella Typhi, que se
transmite por alimentos y agua contaminados. No es endémica, ya que aparecen
casos por todo el mundo, pero sí es mucho más frecuente que se presente en
países en vías de desarrollo de África, América Central y Sudamérica, Oriente
Medio y sudeste asiático. La vacuna (disponible en formas oral e inyectable) se
recomienda a quienes viajan a regiones endémicas, fuera de circuitos turísticos
y con condiciones higiénico – sanitarias complejas o estancias de más de un
mes. Su efectividad es limitada, así que debería complementarse siempre con la
prevención que ofrecen las medidas higiénicas con alimentos y bebidas durante
el viaje. La vacuna inyectable contra la fiebre tifoidea debe administrarse al menos
tres semanas antes del inicio de un viaje con una única dosis intramuscular,
aplicándose dosis de recuerdo cada tres años si persiste el riesgo de
exposición. Pueden manifestarse reacciones locales leves y breves, como
enrojecimiento, hinchazón o dolor y, en ocasiones más raras, fiebre, náuseas,
vómitos, dolor muscular o articular y en muy raras ocasiones reacciones
alérgicas. La vacuna oral contra la
fiebre tifoidea debe administrarse al menos dos semanas antes del inicio del
viaje con tres dosis por vía oral, tomadas en tres días alternos y con dosis de
recuerdo cada tres años si persiste el riesgo de exposición. Ninguna de las dos
protege contra especies de Salmonella que no sean Salmonella typhi.
*
VACUNACIÓN CONTRA HEPATITIS A. Como
las demás hepatitis víricas, la hepatitis tipo A es de distribución mundial; el
virus que la causa, sin embargo, tiende a causar epidemias periódicas,
transmitiéndose de persona a persona y por la toma de alimentos y bebidas
contaminadas, por lo que las condiciones higiénico - sanitarias deficientes
facilitan su propagación. La vacuna, que se prepara con virus inactivados de la
hepatitis A, se recomienda a quienes viajan a zonas endémicas sin ser inmunes;
si no sabe con certeza si está inmunizado a la hepatitis A, podrá realizarse un
estudio serológico que podrá solicitar su médico. Deberá iniciar la vacunación al menos dos semanas antes de la partida,
aplicándose dos dosis por vía intramuscular (inyectada) de las que la segunda
se administra a los 6-12 meses de la dosis anterior. Aunque puede no ser
necesaria, la dosis de recuerdo se administrará cada 10 años. Pueden manifestarse
reacciones locales leves, dolor, enrojecimiento o hinchazón y sistémicas leves,
dolor de cabeza, malestar, fiebre y náuseas.
*
VACUNACIÓN CONTRA HEPATITIS B. Otra
hepatitis vírica, en este caso de transmisión sexual, sanguínea, por
contaminación sanguínea de productos alimenticios o de jeringas, tatuajes,
piercing o acupuntura. Si bien también es de distribución mundial, hay menos
riesgo de contagio en determinadas regiones de América del Norte, en el norte y
oeste de Europa, el cono Sur de América del Sur, Australia y Nueva Zelanda;
otras regiones tienen mayor número de casos, y por tanto, mayor riesgo de
contagio para visitantes. El contacto sexual, el contacto directo con la
sangre, el recorrido del viaje, la duración del viaje y el número de casos conocidos
de hepatitis B en una región incrementan el riesgo de contagio de esta
enfermedad para visitantes; por tanto, el personal sanitario, quienes requieran
una transfusión de sangre u otros líquidos corporales humanos mal controlados o
quienes tengan contacto con agujas mal esterilizadas tienen mayor riesgo de
complicación. Mordeduras, contacto de lesiones cutáneas abiertas en la piel de
portador y visitante sano o heridas profundas también son posibles puertas de
entrada para el virus de la hepatitis B. Por todos estos motivos, se recomienda
a todos los visitantes no inmunes que se desplacen a áreas con riesgo de
infección moderado o alto que se apliquen la vacuna. Nótese que puede
administrarse a lactantes desde el nacimiento. Deberá iniciar la vacunación al menos un mes y medio antes de su
partida, tomando tres dosis por vía intramuscular (inyectada), la segunda un
mes tras la primera y la tercera a los 6-12 meses. Pueden presentarse
reacciones locales leves, dolor, enrojecimiento o hinchazón, así como reacciones
alérgicas graves (que son muy infrecuentes).
Nótese que puede administrarse una vacuna combinada a
quien viaje a zonas con alto riesgo de infección por hepatitis A y B.
*
VACUNACIÓN FRENTE A NEISSERIA MENINGITIDIS. Hemos hablado antes del meningococo, que produce casos esporádicos de
meningitis meningocócica por todo el mundo; la mayoría de los casos en las
zonas templadas se dan en invierno, pero pueden darse brotes en zonas cerradas
(residencias, cuarteles); en el África subsahariana, el llamado “cinturón de la
meningitis”, que recorre el continente desde Senegal hasta Etiopía, sufre
brotes y epidemias entre noviembre y junio. Debe plantearse esta vacuna si
desea visitar esta región, y es obligatoria, como decíamos antes, si desea
viajar a Arabia Saudí durante el Hajj. Deberá
vacunarse al menos dos semanas antes de iniciar el viaje, siendo necesaria una
sola dosis por vía intramuscular (inyectada), sin que sean necesarias dosis de
recuerdo. Pueden producirse reacciones locales leves, como enrojecimiento,
hinchazón y dolor en el punto de inoculación; en raras ocasiones, fiebre y
escalofríos. Esto se aplica a las dos vacunas autorizadas en España.
*
VACUNACIÓN PARA EL POLIOVIRUS SALVAJE.
Se recomienda para quienes viajan a Pakistán, Nigeria, Afganistán, Guinea
Ecuatorial, Siria, Irak, Camerún, Etiopía, Somalia e Israel, donde se han
detectado casos de transmisión de esta enfermedad, erradicada en muchos países
desarrollados. Hasta que la OMS confirme la desaparición mundial del
Poliovirus, se considera necesario vacunarse contra éste si se dirige o deja
estos países, para evitar la reinfección de regiones seguras. Las condiciones y características de la
vacunación por poliovirus salvaje son especiales. Consúltelas en su CVI.
*
VACUNACIÓN FRENTE A LA RABIA. Otra
enfermedad vírica que se transmite principalmente por mordedura de muchos
animales, sobre todo mamíferos (perros, gatos, zorros, murciélagos, mofetas…)
de todo el mundo. Si prevé riesgo de contacto con estos animales portadores,
por ser personal veterinario o con vistas de manipular animales, o personal de
laboratorio, es recomendable que se vacune. También es recomendable si va a
viajar por regiones rurales o con escaso acceso a atención sanitaria apropiada.
Deberá vacunarse al menos un mes antes de
su partida, aplicándose tres dosis de 1 mililitro intramuscular (inyectada),
las primeras dos dosis separadas por una semana y la tercera dos o tres semanas
después de la segunda. Si ya se ha expuesto previamente a la rabia, pero no
está vacunado/a, se aplicarán 5 dosis de 1 mililitro intramuscular (inyectada),
tres días, siete días, catorce días y veintiocho días después de la primera
dosis respectivamente. Si ya se había vacunado previamente, se aplicarán dos
dosis de 1 mililitro intramuscular (inyectada) separadas por tres días. En
adultos se aplicará en la zona deltoidea el brazo; en infantes de menos de 1
año, se recomienda el área anterolateral del muslo. Se recomiendan dosis de
recuerdo cada tres años, aunque no de forma rutinaria para cualquier visitante.
Puede producir reacciones locales (dolor, enrojecimiento, hinchazón) y
sistémicas (dolor de cabeza, malestar, fiebre, náuseas) leves.
* VACUNACIÓN FRENTE AL TÉTANOS. Una enfermedad bacteriana, producida por el
Clostridium tetani, que es prácticamente universal y puede infectar al
organismo a través de heridas contaminadas en piel o mucosas, causando espasmos
musculares masticatorios y mandibulares que pueden extenderse al resto del
cuerpo. La desinfección concienzuda de cualquier lesión es necesaria en estos casos, pero de todos
modos debería protegerse frente al tétanos para minimizar riesgos. La difteria,
causada por el Corynebacterium diphteriae, es una enfermedad que causa la
obstrucción de las vías respiratorias, y suele emparejarse con el tétanos
porque existe una vacuna combinada para ambas. En caso de riesgo de primera infección, deberá vacunarse al menos un
mes antes de su partida, aplicándose tres dosis por vía intramuscular
(inyectada), la segunda dosis un mes después de la primera y la tercera cinco
meses después de la segunda. No debe reiniciarse la pauta de quedar incompleta;
se contabilizará la dosis administrada previamente, y se considerará completa
hasta los tres años. Se recomienda dosis de recuerdo a los 65 años si se recibió
vacuna durante la infancia, contándose hasta cinco dosis de recuerdo en
pacientes vacunados de forma incompleta. En adultos con una primera vacunación
de tres dosis, se administrarán dos de recuerdo con un intervalo de diez años
entre dosis, hasta un total de cinco.
*
OTRAS VACUNAS. Algunas vacunas, como
la de la encefalitis primero estival, la encefalitis japonesa, el neumococo, la
difteria o la gripe, son de indicación especial y dependen del visitante tanto
como de la ubicación visitada; recomendamos que consulte con su médico de
Atención Primaria para estudiarlas con más calma.
Sin embargo, algunas de estas
vacunas, como la difteria y el tétanos, la hepatitis B y la poliomielitis ya
están incluidas en los calendarios de vacunación rutinaria. Debe recordar
además que algunas de estas vacunas
podrían estar contraindicadas por ciertas enfermedades preexistentes,
procesos concurrentes, tratamientos médicos u otras causas (como alergias
conocidas). No suelen ser causa de contraindicación ni enfermedades leves,
exposición a enfermedades infecciosas, alergias inespecíficas ya estudiadas,
alergias no anafilácticas a componentes de la vacuna, tratamientos de
sensibilización simultáneos, antibióticos o corticoides a dosis no
inmunosupresoras, dermatitis o eccemas, reacciones no graves a vacunas
anteriores, prematuridad, malnutrición, antecedentes familiares, convalencencia
de enfermedades agudas, condiciones neurológicas estables, lactancia materna,
convivencia con gestantes, enfermedades crónicas de corazón, pulmón, hígado o
riñón o diabetes mellitas. Infórmese en su CVI o en la visita previa al viaje
con su médico sobre si se le puede administrar una vacuna o está contraindicada
para su caso.
MALARIA;
PREVENCIÓN.
La malaria aparece en casi todos los países
tropicales. La transmite un vector,
el mosquito Anopheles, cuya picadura puede ser mortal precisamente por esta
infección. Toda prevención debe basarse, pues, en la prevención frente a picaduras de mosquitos con repelentes
adecuados, así como en la toma de
medicamentos antipalúdicos cuando esté indicado para evitar que la
infección se manifieste con síntomas, aunque haya infectado a quien haya
recibido una picadura. Sin embargo, de presentarse síntomas (fiebre,
escalofríos, sudoración, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, tos, heces que
pueden ser sanguinolentas, dolor muscular, amarilleamiento de piel o mucosas…)
al cabo del período de incubación, que puede ir de los nueve días a los tres
meses tras la picadura de mosquito que la transmitió, es necesario acudir a un
profesional sanitario para valorar posibles tratamientos médicos. Muchas veces pueden parecer síntomas
inocentes, pero deben hacerle sospechar de malaria si una semana después de la
llegada a una región con alto riesgo de contagio se manifiesta una fiebre
inexplicable, se asocie o no a otros de los síntomas mencionados antes.
Para evitar la picadura del mosquito, es recomendable:
· Evitar salir al anochecer y al amanecer, cuando los
mosquitos pican con más frecuencia. Llevar ropa larga y evitar los colores
oscuros, con tejidos tratados con permetrin o etofenprox, son medidas de
protección adicionales si necesita salir de noche.
· Aplicar repelentes a piel expuesta y prendas de vestir,
preferiblemente con DEET, IR3535 o Icaridin.
· Alojarse en edificios en buenas condiciones, con tela
metálica en puertas y ventanas o con puertas y ventanas cerradas durante la
noche. Si no es posible cerrar la estancia, utilizar mosquiteras en torno a la
cama, tratándolas con permetrina o deltametrina.
· Pulverizar insecticidas, emplear difusores de insecticidas
con pastillas impregnadas de piretrinas o quemar espirales contra mosquitos
(que suelen liberar piretroides sintéticos), todos ellos medios de eliminar al
mosquito vector.
Si lo antedicho falla, es
necesario pensar en la quimioprofilaxis
adecuada frente al paludismo, que hoy en día se basa en las recomendaciones de
la OMS. Debería administrarse por parte de personal sanitario y en consulta
adecuada a las necesidades de cada visitante, considerando la eficacia de las
medicaciones (que no es universal), sus efectos adversos y que deberá tomarlos
unas cuatro semanas tras el retorno de la zona de contagio.
DENGUE:
PREVENCIÓN.
El Dengue es una fiebre
hemorrágica causada por un conjunto de cuatro virus, que a su vez es
transmitido por mosquitos del género Aedes, y que es típica de las regiones
tropicales. Frente al Aedes, su vector, es recomendable:
·
Usar repelentes de insectos en zonas expuestas.
·
Emplear espirales de piretroides sintéticos.
· Emplear
redes mosquiteras, con una malla de tamaño no superior a 1.5 milímetros, que
deberán usar quienes planeen acampadas en tienda.
·
Mosquiteras.
·
El aire acondicionado, si está disponible.
·
Ropa de fibras naturales y de colores claros, ligera, con tanta superficie
corporal cubierta como sea posible y holgada.
BOTIQUÍN
DE VIAJE; QUÉ LE PODRÍA SER ÚTIL
Especialmente en países en
vías de desarrollo o en los que la asistencia médica y/o la disponibilidad
local de ciertos medicamentos no está garantizada, es útil disponer de, por
ejemplo:
· Esparadrapo adhesivo, antiséptico para heridas, vendas y
gasas limpias, repelentes para insectos, sales de rehidratación oral (a
utilizar con agua limpia, embotellada si es posible), tijeras, analgésicos
simples, apósitos esterilizados, termómetro y tratamiento tópico para picaduras
de insectos. Consulte con su médico si requiere detalles sobre estos productos
y dónde conseguirlos, aunque en su mayoría están disponibles en farmacias.
· Repelentes de insectos: DEET al 45% (válido para 3-4 horas
tras la aplicación), Icaridín-Picaridina, Dimetilftalato y/o aceites esenciales
de plantas. Lea lo indicado en sus prospectos respectivos.
· Complementos: antidiarreicos, antifúngicos, antipalúdicos,
preservativos, sedantes, medicación personal, jeringuillas y agujas
esterilizadas de requerirlas (insulina), desinfectantes de agua…
¡Y, por supuesto, su medicación habitual tal y como haya
quedado pautada por su médico de Atención Primaria previo acto al viaje!
Recuerde también que en esta lista no aparecen los antibióticos porque, salvo
que un profesional sanitario se lo indique, no deberá tomar un tratamiento
antibiótico de entrada en la mayoría de las patologías infecciosas. La diarrea
del viajero puede constituir una excepción a comentar con su médico de Atención
Primaria, pero que de todos modos no debería tratarse salvo emergencias con
antibióticos empíricos, es decir, aplicados a tontas y a ciegas.
CUANDO REGRESE
Ciertas enfermedades tropicales no se manifiestan inmediatamente. Si regresa de su viaje a una zona tropical o a un
país en vías de desarrollo sin síntomas, pasan doce meses y se ve en la necesidad de acudir al médico por síntomas
cualesquiera, es necesario que informe a su médico de dicho viaje. Particularmente
importantes serán fiebre, problemas gastrointestinales (diarreas,
molestias abdominales inespecíficas…) y reacciones
cutáneas (micosis de la piel, parasitosis, infestaciones de pulgas, úlceras
externas y otras).
Del mismo modo, sería
recomendable solicitar una consulta
médica de todos modos cuando padezca
una enfermedad crónica, si se ha estado expuesta a una enfermedad infecciosa grave o ha pasado más de tres meses en un país en vías de
desarrollo, informando a su médico del viaje,
del destino, del objeto del mismo y de la duración del mismo.
UN
CONSEJO: SER RESPONSABLE
Un viaje al extranjero es una
oportunidad de expandir los horizontes de quien viaja, con todo lo que ello
conlleva, y también con todo lo que ello causa. Cualesquiera visitantes deben
reconocer y aceptar los riesgos implicados al decidir visitar territorios con
enfermedades endémicas, buscar consejo médico con tiempo suficiente y cumplir
las vacunaciones recomendadas, así como las prescripciones obligatorias sobre
medicaciones y medidas sanitarias. Es recomendable que siempre lleven encima un
botiquín como el que recomendábamos más arriba, y tener un seguro médico de
viaje con la cobertura ajustada al país que visiten (consulte detalles de este
asunto, y otros de interés para visitantes, aquí: http://www.exteriores.gob.es/Portal/es/ServiciosAlCiudadano/SiViajasAlExtranjero/Paginas/Inicio.aspx
). No toda precaución es poca, pero pocas precauciones son demasiadas, y hay
que cerciorarse de que su medicación habitual está a mano, y bien explicada, en
caso de necesidad. Y siempre, absolutamente siempre, reunir un buen álbum de
fotos y recuerdos que compartir con su médico cuando vuelva a su Centro de
Salud, sea el nuestro o el que sea.
Dr. López Coscojuela
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