Vacas, matarratas y serendipias Permitid que os explique cómo llevamos algo más de sesenta años salvando vidas con matarratas. Y de lo plagada de casualidades que está la historia de la medicina. ¡Es fabulosa! Hoy va de tres granjeros, varias vacas muertas, dos veterinarios, algún conejo, un químico, un danés, un soldado suicida y un presidente. La historia empieza con unas vacas, que en los años 20 del siglo pasado vivían en las praderas de Canadá y el norte de Estados Unidos. Ganado aparentemente sano perecía de hemorragia interna o se desangraba en pocas horas después de cualquier procedimiento. La primera observación que ayudó a seguirle la pista a la mortal y desconcertante condición llegó cuando se dieron cuenta de que cuando las vacas se alimentaban de heno de trébol de olor, sangraban más, particularmente cuando el clima era húmedo. A más lluvia, más muertes: Y era invierno. Frank Schofield, patólogo del la Escuela de Veterinaria de Ontario, notó que las vacas que ...