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SÍNDROME FEBRIL EN PEDIATRÍA

¿Qué es?

La fiebre activa las defensas de nuestro cuerpo para protegernos frente a infecciones, casi siempre provocadas por virus y, en menos ocasiones, por bacterias.
Cuando un niño tiene fiebre podemos notar que su piel desprende calor, pero la mejor forma de saber si nuestro hijo tiene fiebre o no es midiendo la temperatura con un termómetro.

Hablamos de fiebre cuando existe un aumento de la temperatura axilar por encima de 38ºC (o de la rectal por encima de los 38,5ºC).
No es necesario tratar la fiebre, sino el malestar que puede producir (“tratamos los síntomas, no al termómetro”). Si el niño juega y está contento es señal de que se encuentra bien, y no es necesario tratar con medicamentos. Por el contrario, si el niño está molesto pueden emplearse antitérmicos como el paracetamol o el ibuprofeno para tratar el malestar (no siendo aconsejable alternarlos).
También podemos:
  • Ofrecer líquidos con frecuencia.
  • No abrigar demasiado.
  • Dar ocasionalmente un baño de agua tibia (no es conveniente dar baños de agua fría ni friegas con alcohol).

    ¿Cuándo debo consultar al pediatra?
  • Si el niño es menor de 3 meses
  • Si la fiebre es mayor de 40ºC
  • Si la fiebre dura más de 48-72 horas y no responde a los antitérmicos
  • Si el niño está adormilado o irritable
  • Si el niño rechaza el alimento y/o no tolera los líquidos
  • Si aparecen en la piel manchas de color rojo vinoso
  • Si el niño presenta convulsiones
  • Si aparece cualquier síntoma que nos preocupe o sugiera gravedad


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