Las enfermedades
cardiovasculares son la primera causa de muerte en España. Debido al
envejecimiento de la población española en los próximos años su impacto sobre
la salud será mayor y una buena prevención será más importante.
Los cambios de estilos de
vida son necesarios en muchos pacientes para evitar enfermedades
cardiovasculares o si ya se tienen, para minimizar los riesgos. 

Para muchos pacientes puede
ser difícil cambiar la conducta de acuerdo con los consejos del médico,
especialmente cuando esto puede suponer algún gasto económico y más con los
tiempos que corren. También si tienen un trabajo monótono y no estimulante o en
situaciones familiares complejas o con falta de apoyo social.
Dentro de los cambios
fundamentales para reducir el riesgo cardiovascular tenemos:
- FOMENTAR UNA ALIMENTACIÓN SALUDABLE
- REALIZAR EJERCICIO PERIÓDICAMENTE
- ABANDONAR HABITO TABAQUICO
Alimentación
Las recomendaciones para prevenir las
enfermedades cardiovasculares son las siguientes:
Las grasas deben suponer el 30-35% de la
energía total consumida diariamente, repartidas así: grasas saturadas menos del
10%, grasas poliinsaturadas entre el 7% y el 10%, y grasas monoinsaturadas
entre el 15 y el 20%. Las grasas trans deberán ser menos del 2% de las
grasas.
El colesterol de la dieta no debe sobrepasar
los 300 mg/día, preferiblemente 200 mg/día.
Los hidratos de carbono serán el 45-50% de la
energía y las proteínas un 15%.
Las grasas, incluyendo el colesterol, los
hidratos de carbono y las proteínas son los nutrientes que aportan las
calorías, por lo que se ajustarán para mantener el peso ideal.
Se recomendará reducir la ingesta de sal, y
suprimir la sal en la mesa en caso de individuos hipertensos: es suficiente
eliminando el salero de mesa y no consumiendo alimentos muy ricos en sal
(salazones, jamones, embutidos en general, pan y galletas con sal, patatas
fritas, alimentos enlatados).
El alcohol no deberá sobrepasar los 20-30
g/día de etanol en hombres, es decir, dos vasos de vino al día; y los 10-20
g/día de etanol en mujeres, es decir, un vaso de vino al día. En los jóvenes el
alcohol no está indicado.
Consumir pescado (especialmente azul) al
menos dos o tres veces por semana.
Disminuir las carnes rojas; mejor las aves y
el conejo a las carnes rojas y Reducir los embutidos y otros productos cárnicos
no elaborados en casa (hamburguesas, salchichas, albóndigas).
Usar el aceite de oliva virgen como la
principal fuente culinaria.
Consumir 5
raciones de frutas y verduras al día; y, a ser posible, que sean variadas.
Incluir las legumbres, los cereales
integrales y las pastas integrales en el consumo con una frecuencia de varias
veces a la semana.
Fomentar el consumo de frutos secos, en
cantidad moderada ("un puñadito" al día o, al menos, dos veces por
semana).
El aporte de fibra (a través de legumbres y
cereales y pastas integrales).
Limitar el consumo de helados, bollería
industrial, pastelería industrial, golosinas y dulces, snacks, refrescos
azucarados, etc.
Moderar el consumo de los alimentos
precocinados.
Comprobar los ingredientes de los alimentos
preparados, evitando los elaborados con grasas no recomendadas o no
identificadas, por ejemplo, etiquetas donde conste "grasas vegetales"
sin especificar más.
Los lácteos y derivados son necesarios pero
deben ser productos desnatados o semidesnatados.
Los huevos se pueden tomar, no están
prohibidos, 3 a la semana es un consumo correcto.
La
actividad física regular ofrece una serie de posibilidades para "verse y
sentirse mejor". Estos son algunos de los beneficios que proporciona el
ejercicio físico para mejorar la calidad de vida de las personas:

- Aumenta la resistencia a la fatiga e
incrementa la capacidad para el trabajo físico y mental.
- Mejora la capacidad para conciliar el
sueño.
- Provee una manera sencilla para
compartir actividades con amigos y familiares contribuyendo a mejorar
aspectos sociales.
- Ofrece mayor energía para las
actividades diarias.
- Tonifica los músculos e incrementa su
fuerza.
- Mejora el funcionamiento de las articulaciones.
- Contribuye a la pérdida de peso, si es que se requiere.
Tabaco

Dejar de fumar debe ser uno de los objetivos para mejorar
la salud cardiovascular de los pacientes. Es verdad que la posibilidad de
padecer una enfermedad cardíaca es proporcional a la cantidad de cigarrillos
fumados al día y al número de años que se mantiene este hábito.
Sin embargo, para todos aquellos que piensen: ¡Para qué
lo voy a dejar, si he fumado diez años y ya me ha perjudicado, sigo fumando!
Que sepan que cuando una
persona deja de fumar el riesgo de infarto de corazón o de tener un accidente
cerebrovascular es el mismo que el de las personas que no han fumado nunca.
Todos estos cambios no son
sencillos, pero con tesón y, si es necesario, la ayuda de tu médico ¡puedes
lograrlo!
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