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COMPRENDIENDO EL ACNÉ

¿Qué es el acné? ¿Por qué se produce?

El acné es una enfermedad muy común de la glándula pilosebácea de la que no se conoce completamente la causa. Básicamente, se produce una obstrucción del folículo piloso por un aumento de la secreción de grasa por la glándula pilosebácea o por la descamación de las células de las paredes del folículo. Además puede producirse una proliferación de bacterias en el folículo (Propionibacterium acnes) y una reacción inflamatoria. Todo ello da lugar a las distintas lesiones que pueden aparecer en el acné, y que veremos un poco más adelante.


No se sabe por qué afecta más a unas personas que a otras. En mujeres puede influir el factor hormonal (por ejemplo, suele presentarse en ciertas fases del ciclo menstrual o en el Síndrome de Ovario Poliquístico). También se conoce que algunos fármacos (corticoides, anticonceptivos que contienen estrógenos, litio…) favorecen el desarrollo de acné o empeoran las lesiones. Algunos síndromes hereditarios están relacionados con el acné.

¿A quién afecta?


Es el trastorno dermatológico más frecuente en adolescentes, sin embargo puede presentarse a cualquier edad, existiendo formas infantiles e, incluso, neonatales. Afecta a más del 80% de los adolescentes, predominando entre los 12 y los 25 años, y un 30% de los casos requiere tratamiento médico. En varones tiende a resolverse entre los 20 y 25 años, mientras que en mujeres puede persistir hasta los 30-40. Sin embargo, suele ser más severo en hombres que en mujeres.

¿Cómo se manifiesta el acné?

Afecta sobre todo a la cara, aunque también puede presentarse con frecuencia en cuello, espalda, hombros y tórax.
Existen distintos tipos de lesiones características, que nos sirven para clasificar las distintas formas de acné:
·         Acné leve: Comedones abiertos o cerrados (espinillas), con pocas pápulas y pústulas.
·         Acné moderado: Comedones + abundantes lesiones inflamatorias: pápulas y pústulas (puede haber algún pequeño nódulo)
·         Acné grave: Afectación extensa con nódulos, quistes y abscesos. Su forma grave se llama acné conglobata. Suele dejar cicatrices deformantes. También se incluye en este nivel el acné moderado que no responde a 6 meses de tratamiento.
pápulas y pústulas
nódulos y quistes
cicatrices
Existe una forma de acné fulminante, poco frecuente, que afecta a hombres entre 13 y 17 años. Inicia de forma rápida con quistes, ulceraciones y abundante supuración, y se acompaña de malestar general, dolor articular, fiebre, cansancio… 

¿Es grave? ¿Tiene consecuencias y complicaciones?
Cuadro de texto: CICATRIZ ACNÉLas personas que lo padecen pueden experimentar malestar físico, psicológico y social debido a las llamativas lesiones cutáneas que aparecen en ocasiones. A pesar de que en algunos casos quedan cicatrices permanentes, hay que saber que el acné es un proceso autolimitado, esto quiere decir que por sí solo desaparecerá. Pero además existen múltiples tratamientos con eficacia demostrada que ayudan a acelerar su resolución y a disminuir las lesiones y sus complicaciones.
¿En qué influye la dieta o la higiene de la piel en la aparición del acné?
Inicialmente se daba mucha importancia a la dieta como factor de riesgo del acné (alimentos grasos, chocolate, azúcares refinados…). Sin embargo, en la actualidad no existen datos que indiquen eficacia de restringir ciertos alimentos de la dieta, los pacientes con sobrepeso mejoran al disminuir de peso.
Aunque una adecuada higiene cutánea ayuda a controlar las lesiones, los lavados excesivos o agresivos (peelings, limpiezas de cutis) no sólo NO mejoran el acné, sino que pueden empeorar algunas lesiones y provocar cicatrices.
En cuanto a la exposición al sol, inicialmente mejora las lesiones, pero suelen empeorar mucho cuando termina la exposición. Además, existe el riesgo de quemaduras solares, envejecimiento de la piel, aumento del riesgo de padecer cáncer de piel… sin olvidar que muchos tratamientos para el acné contraindican la exposición solar.
El estrés no es causa de la aparición del acné, pero sí existe relación entre la severidad del mismo y los episodios de estrés.
NO es contagioso. NO se produce por mala higiene.

Diagnóstico y tratamiento del acné
El diagnóstico se realiza mediante la visualización de las lesiones típicas que hemos explicado.  Sólo en algunos casos será necesaria la realización de una analítica de sangre (por ejemplo, en formas graves o si hay sospecha de relación con el Síndrome de Ovario Poliquístico).
El acné no siempre precisa tratamiento farmacológico. El objetivo del tratamiento es reducir el número y el impacto de los síntomas, con los menores efectos adversos posibles. En caso de ser necesario dicho tratamiento, éste es iniciado por el Médico de Atención Primaria y en las formas graves o con mala respuesta al tratamiento, problemas sociales o psicológicos causados por el acné, o sospecha de causa de origen endocrinológico, se derivará al Dermatólogo.
Lo más importante en el tratamiento del acné son las MEDIDAS GENERALES y deben cumplirse en cualquier caso y grado de afectación:

·         Evitar manipular las lesiones.
·         Evitar tocarse la cara de forma repetitiva.
·         Lavar una o dos veces al día con agua tibia y jabón neutro o antiséptico las zonas afectadas para controlar la piel grasa, pero sin producir irritación. Secar cuidadosamente. Lavar también después del ejercicio. Sólo en algunos casos se requieren productos específicos.
·         Si su pelo es graso, lavar a diario.
·         Evitar el uso de gorras o sombreros ajustados.
·         Afeitado muy cuidadoso, ablandando previamente la barba con agua tibia y jabón.
·         Productos cosméticos de base acuosa (non-comedogenic, oil-free). Desmaquillar todas las noches.
 
En el acné leve a moderado el tratamiento inicial será TÓPICO: existen varios fármacos útiles. Su médico le recomendará el más indicado para su caso.

El tratamiento SISTÉMICO (vía oral) se reserva al acné grave o cuando la respuesta a otros tratamientos es insuficiente


Es muy importante recalcar que para valorar la efectividad de cualquier tratamiento, es necesario mantenerlo durante 6-8 semanas y, en caso de ser eficaz, se continuará durante al menos 4-6 meses. Con determinados tratamientos, es posible que inicialmente empeoren los síntomas, por lo que hay que tenerlo en cuenta y no abandonar el tratamiento si esto sucede.

Un artículo de la Dra Cristina Pueyo Úcar


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