
Un trasplante es sustituir un órgano o tejido enfermo por otro que funcione
adecuadamente.
Hoy en día constituye una técnica médica muy desarrollada que logra
magníficos resultados para los receptores. No obstante, necesita
obligatoriamente la existencia de donantes. Sin la solidaridad de los donantes
no hay trasplantes.

La Organización Nacional de Trasplantes
(ONT) es un organismo público español encargado de los
asuntos relacionados con trasplantes.
Su promotor y actual director es el nefrólogo Rafael Matesanz.
Es un
organismo coordinador de carácter técnico, fundado en 1989 y perteneciente al Ministerio de Sanidad y Consumo, encargado de desarrollar las funciones
relacionadas con la obtención y utilización clínica de órganos, tejidos y
células.
Tras
su creación, España ha pasado de 14 donantes por millón de población (pmp) a
35,1 donantes pmp en 2005. Esto es, de estar en la parte media-baja de los
índices de donación en Europa, a tener con diferencia el índice más elevado, no
ya de Europa, sino del mundo.
La causa radica
en el internacionalmente denominado modelo español (“Spanish Model”), un conjunto
de medidas adoptadas en nuestro país para mejorar la donación de órganos. Dicho
modelo, ampliamente descrito en la literatura científica, ha sido recomendado
por la OMS y se está aplicando en diferentes partes del mundo con resultados
muy similares a los obtenidos en nuestro país.
Pero
ser un modelo de solidaridad no puede servirnos para dar la espalda a la
realidad. Cada día hay más personas que necesitan ser trasplantadas para seguir
viviendo. Aproximadamente el 10% de los receptores fallecen mientras esperan
recibir un órgano.
Para
llevar a cabo dichas funciones actúa como una unidad técnica operativa, que
siguiendo los principios de cooperación, eficacia y solidaridad, cumple con su
misión de coordinar y facilitar las actividades de donación, extracción,
preservación, distribución, intercambio y trasplante de órganos, tejidos y
células en el conjunto del Sistema Sanitario Español.
La
ONT actúa como agencia de servicios para el conjunto del Sistema Nacional de
Salud, promoviendo el incremento continuado de la disponibilidad de órganos,
tejidos y células para el trasplante. Garantiza la más apropiada y correcta
distribución de acuerdo al grado de conocimientos técnicos y a los principios
éticos de equidad que deben presidir la actividad trasplantadora.
Su principal
objetivo es por tanto la promoción de la donación altruista con el único fin de
que el ciudadano español que necesite un trasplante tenga las mayores y mejores
posibilidades de conseguirlo.
En España la donación y el trasplante se encuentran
regulados por la Ley de Trasplantes que garantiza entre otros, dos aspectos
fundamentales:
• Altruismo de la donación: nadie
puede donar ni recibir un trasplante con otras intenciones o medios que no sea
la solidaridad altruista.
• Equidad en el acceso al trasplante: todos tenemos el
mismo derecho y las mismas posibilidades de recibir un trasplante,
independientemente de nuestro lugar de residencia o de cualquier otra coyuntura
personal. Esto es así, porque existe una red nacional de coordinación y
trasplantes, sometida a rigurosos controles para verificar la igualdad de todos
los ciudadanos.
Al cumplirse los 25 años de la Ley de Trasplantes en España, se llevaban
realizados más de 53.708 trasplantes de órganos. En este mismo periodo
recibieron en nuestro país un trasplante de tejidos o células alrededor de
200.000 personas.
En
la actualidad, todavía hay miles de personas que para seguir viviendo o mejorar
su calidad de vida necesitan de un trasplante, de tal manera que el órgano trasplantado
reemplaza y asume la función del órgano dañado del receptor. Existe una
variedad de órganos (corazón, hígado, intestino, páncreas, pulmón, riñón),
tejidos (córnea, hueso, pelo, piel, sangre, válvulas del corazón) y células
(células del páncreas, células progenitoras hematopoyéticas, gametos) que
pueden ser trasplantados.
En
función de la relación existente entre donante y receptor, se distinguen los
siguientes tipos de trasplantes:
v Autotrasplante,
autoinjerto o trasplante autólogo: el donante y receptor son el mismo
individuo, por lo que no existe problema de incompatibilidad.
v Isotrasplante
o trasplante singénico:
donante y receptor son individuos distintos pero genéticamente idénticos, como
gemelos univitelinos.
v Alotrasplante
u homotrasplante:
donante y receptor son genéticamente distintos y de la misma especie.
v Xenotrasplante,
heterotrasplante o trasplante xenogénico: donante y receptor son individuos de
diferentes especies.
Según
la procedencia del trasplante, se clasifica en:
Ø Donante
vivo: se
extrae el órgano mientras el donante está vivo. Para que el donante pueda
sobrevivir después del procedimiento, el órgano o tejido extraído debe ser
renovable o no esencial para la vida
Ø Donante
cadavérico:
el donante puede ser un individuo fallecido en muerte encefálica o que ha
sufrido un paro cardíaco. Los órganos que van a ser trasplantados se mantienen
vivos hasta el trasplante mediante técnicas de ventilación artificial y
fármacos específicos para ello.
Para aquellas personas que deseen ser donantes, existe la
tarjeta de donante, que es un documento que testimonia nuestro deseo de ser
donante de órganos tras el fallecimiento. Sin embargo la tarjeta no tiene
valor legal. Es preciso comunicar a nuestros familiares el deseo de ser
donantes, para que autoricen la extracción de órganos tras el fallecimiento.
Es evidente que los trasplantes alargan la vida. Pero sobre todo, añaden
vida a los años.
Para más información: http://www.ont.es/Paginas/Home.aspx
Un artículo de la Dra
Marta Avellana Gallán
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